jueves, 10 de abril de 2008

MANUELA EN BOGOTÁ

Su llegada a la ciudad.

Hablamos de la mujer que se uniría a los ejércitos bolivarianos e, incluso, alcanzaría el grado de “coronel”, después de la insurrección de la Tercera División del Ejército Colombiano en la capital del Perú y luego de haber sido confinada en el templo de las Nazarenas, Manuela parte con sus compañeras Jonathás y Nathán, el 11 de abril para Guayaquil y posteriormente Quito, donde recibe en Septiembre de 1827 una carta del libertador; organizado el viaje, parten el 1° de Noviembre del mismo año hacia Bogotá.

“…(y voy porque usted me llama), pero después no dirá que vuelva a Quito…” (1)






Llegaron a la ciudad el 8 de enero del año 1828, dirigiéndose a la casa en las afueras de la ciudad, conocida como Quinta de Bolívar; sitio que por petición de Bolívar ella atendió desenvolviéndose como dueña de la misma, allí pasó algún tiempo. Manuela “había cabalgado mil quinientos kilómetros para atender el requerimiento de su idolatrado Simón Bolívar”. (2)


La Bogotá de entonces no contaba con una gran cantidad de habitantes, estando próxima la convención de Ocaña, el Libertador regresa al Palacio de San Carlos (hoy Ministerio de Relaciones Exteriores) y ella toma en arriendo una casa ubicada cerca a la plazuela de San Carlos, que se constituía como un símbolo de independencia, puesto que allí se había instalado la imprenta donde en 1.794 don Antonio Nariño tradujo Los Derechos del Hombre; los pisos bajos de las edificaciones que se encuentran sobre la plazoleta, funcionaban como locales comerciales, mientras que los pisos altos de estas casas tenían la función de vivienda y desde allí se podía ver hacia el Palacio de San Carlos, es así como Manuelita encuentra el lugar perfecto para residir en esta capital, (la casa hoy corresponde a la nomenclatura calle 10 # 6-18 de la ciudad de Bogotá).

Una vez instalada en esta ciudad, en poco tiempo se convierte en el centro de la vida social, no sin ser criticada, odiada y admirada, mujer de carácter fuerte, valerosa, noble con sus amigos e implacable con sus enemigos; algunas damas de la capital la criticaron por sus modales poco femeninos, puesto que con mucho garbo montaba a horcajadas los caballos, vestía de militar, fumaba tabaco y bebía oporto, se enfrentaba a quienes consideraba los enemigos de su amado Bolívar, a quien siempre protegió, ¡Mi amable loca…!, como él solía llamarla.


El 7 de Agosto de 1.828, se realizaron en la capital, los actos de celebración de la Batalla de Boyacá de 1.819, para tal evento, se ofreció el día 10 de Septiembre, un baile de máscaras en el Coliseo, ubicado al frente del Palacio Presidencial (San Carlos), sospechando Manuela que se atentaría contra su vida le escribe:


“Le ruego, le imploro, no dé usted la oportunidad, pues han conjurado al golpe de las doce, ¡asesinarlo! De no escucharme usted me verá hacer hasta lo indebido por salvarlo”.


Es allí cuando por salvarle la vida se presenta vestida de militar, al no permitírsele entrar al teatro, por estar vestida de hombre, el escándalo de la discusión hace que Bolívar se entere de su presencia y disgustado se retire de la fiesta.

Pero la más valerosa de las acciones es la de enfrentarse a los conspiradores de Bolívar, luego de ayudarle a escapar por la ventana de su habitación en el Palacio de San Carlos, la noche del 25 de septiembre de 1.828, es entonces cuando el mismo va a llamarla “Libertadora del Libertador”.


Después de este atentado, Manuela se traslada a la Quinta de Bolívar al lado de su amado para protegerle y cuidarle en su enfermedad. En enero de 1829 a la partida del Libertador al sur, Manuelita regresa a su casa en la ciudad, solía estar en el balcón en las horas de la mañana, asistía a la misa de San Ignacio, paseaba a caballo (vestida de militar) y en la noche siempre compartía en tertulias, por petición de Bolívar no intervenía más en política.


Transcurren los meses siguientes hasta la renuncia de la presidencia de Bolívar, cuando deja el Palacio de San Carlos en Mayo de 1.830 y se instala en la casa que hoy figura con el número 5-51 de la calle 11 de esta ciudad, casa de Don Pedro Alcántara Herrán, (Hoy sede de la Filarmónica de Bogotá), Manuela lo visitaba diariamente hasta el día de su partida y nunca más lo volvió a ver.


Ante la ausencia de su protector, no tardaron las mujeres y políticos en volverse contra Manuela, insultándole y enviándole “papeluchos”, el gobierno solicito que devolviera los archivos del Libertador, los cuales ella había manejado desde tiempo atrás, ante su negación, se inicia una persecución implacable, abierto un proceso en su contra en el mes de Julio, después de desafiar a las autoridades, que la sacaron de su casa armada con pistolas, se dicta a fines del mes de Julio una sentencia de destierro, al cual parte acompañada de sus dos fieles compañeras Jonathás, Nathán y dos huérfanas recogidas por ella; sin embargo su lucha continuo, escribiendo al gobierno del General Urdaneta en Septiembre y logrando la autorización para regresar a la capital.


Y mientras Bolívar continuaba su viaje, ella procuraba restaurar el gobierno del Libertador y hacer que regresara, avivando su recuerdo, pero en el mes de Diciembre ante la falta de sus noticias y presintiendo lo peor, emprende viaje desde Bogotá para ir al encuentro de su amado que moría, sin embargo recibe la fatal noticia cuando planeaba embarcarse en una canoa por el Río Magdalena hasta la ciudad de Santa Marta.


Muerto Bolívar Manuelita viaja a Guaduas y regresa a la ciudad de Bogotá, de nuevo en la capital en el mes de mayo de 1.831, el nuevo Congreso de la República, inicia una ofensiva en su contra, quitándole en título militar y la pensión que por el mismo recibía; vino entonces la precaria situación por falta de dinero y se inicia el despojo de sus bienes, joyas, porcelanas, cuadros, todo aquello que ella considero poco necesario.


En la presidencia del General Santander, a quien nunca ocultó su enemistad y antipatía, revisa el proceso de 1.830 contra la “Libertadora” y se ordena su expulsión argumentando entre otros:


“La casa de esa mujer es el punto de reunión de los descontentos, y allí es donde se recuerda con entusiasmo el buen tiempo de la dominación del difunto tirano”. (3)


Así “Manuelita la Bella”, abandona la ciudad de Bogotá con destino a Jamaica, terminando su historia de mujer revolucionaria en esta capital, continuando su destierro por América, sumida en el olvido la enfermedad y la pobreza hasta el año de 1856, cuando muere en la ciudad de Paita Perú.
--------------------------------------------------------------------------------
(1) Víctor W. Von Hagen. Las cuatro estaciones de Manuela. Círculo de Lectores. Bogotá, 1982. Pg.191
(2)Víctor W. Von Hagen. Las cuatro estaciones de Manuela. Círculo de Lectores. Bogotá, 1982. Pg.200
(3) Antonio Cacua Prada. Historia del Periodismo Colombiano. Bogotá 1968 pág. 108¨.

LA CASA DE MANUELITA HOY

MUSEO DE TRAJES REGIONALES DE COLOMBIA


El Museo de trajes regionales de Colombia, pertenece al Patronato de Antropología de la Fundación Universidad de América, se encuentra ubicado en el centro histórico de Bogotá en la casa de Manuela Saenz y de los Derechos del Hombre. Fue fundado en 1972 por la antropóloga Edith Jiménez de Muñoz, con una colección resultado de años de investigación arqueológica y antropológica.

Su misión es adquirir, investigar, cuidar y poner al servicio del público de la ciudad del país y del exterior, la colección de indumentarias tradicionales de las distintas regiones de Colombia y las casa que las albergan, como testimonio simbólico de las concepciones de vida, la creatividad, el trabajo, la fiesta y las costumbres de los distintos pueblos colombianos.

La colección de indumentarias tradicionales de las distintas regiones de Colombia como elemento fundamental de la historia de un pueblo, parte del patrimonio cultural tangible e intangible de la Nación.

De igual manera la colección de objetos y utensilios que muestran los significados de rango, social, político y religioso como son las pintaderas, utilizadas para estampar en tela cerámica y a veces en el cuerpo humano.

Otro de los temas que trata el museo es el tejido, en sus diferentes técnicas, las diferentes clases de telares y las fibras que se utilizaron para los textiles; de igual manera las expresiones artísticas en bordados sobre telas, tejidos con ganchillo, encajes de frivolidad, encaje de soles, punto de cruz, los cuales se atribuyen a una actividad fabril posterior. [i]

[i] Textos Museo de Trajes Regionales de Colombia.

museotrajesco@yahoo.com

www.uamerica.edu.co/museo